David Rojo
Andrés Manuel en tres meses y días estás por regresar, feliz, a tu rancho.
–¿Recuerdas que cuando el café en la oficina o el comer en la casa el comentario sobre la realidad de Los Cabos siempre estuvo presente?
Pasaron los años desde aquel primer saludo en 1997: hoy en día el rezago urbano de Los Cabos es un lastimar que se ha agudizado más para la sociedad en su conjunto.
La expansión de la macha urbana sin drenaje y sin agua potable; miles de familias sin drenaje. Y el viento lleva en el polvo los residuos de esos asentamientos sin drenaje, lo que respiramos. Tragamos.
Se habla de una segunda planta desalinizadora pero es mentira que vaya a resolver el severo rezago en el abasto de agua potable; de hecho, los miles que nada tienen, seguirán sin tuberías que les lleve el agua. Y la primera planta desalinizadora es una vergüenza, no produce ni la mitad de lo que debería abastecer.
Aquí, a donde llegaste a venir a comer, el tandeo va de dos a tres semanas. Y por donde pasaste para llegar a la casa nadie dice del por qué del despojo de una banqueta ni del uso de un carril de las calles laterales de la carretera a cuatro carriles para el posible movimiento de carga de una plaza comercial que está por inaugurarse. El silencio hiere. A un líder local le expresé el costo social de mirar hacia otro lado, con lo que me dijo interpreté que la palabra tiene miedo. Así de esas. Y ya van dos gobiernos municipales morenistas que sumarán un tercero más al hilo.
Y tú, Víctor, ya vas para tres años de gobernador. ¿Te acuerdas cuando en la Sala de Juntas de la empresa te presenté en el 2018 el documental Olvidados (OLVIDADOS: Experiencias Ignoradas – Documental (Completo)) quedaste tan indignado por el contenido, que me pediste varias copias para llevarlas a la Ciudad de México.
Te comento que ya hay mas miles de asentamientos en esas zonas de riesgo de Cabo San Lucas y de San José del Cabo.
Y los monumentos a la corrupción y a la impunidad que viste en el documental Olvidados siguen ahí, de pie, con centenares, miles de familias ocupándolos en medio de los arroyos, en medio de las zonas de riesgo.
Licencias de construcción para confrontar con corrupción a la naturaleza poniendo vidas en riesgo.
La expansión de endebles viviendas, aparte, ya casi en la huella milenaria del arroyo como se puede observar a la derecha, desde el puente a un lado de la caseta del libramiento, ya llegando a Cabo San Lucas.
–¿Te acuerdas Víctor cuando, además, en otra jornada de 2019, estábamos abajo del puente, en otro tramo del libramiento hacia el Aeropuerto, y que ambos compartíamos que el puente semejaba la boca de un cañón que apuntaba directo contra los edificios habitaciones de Puerto Nuevo en San José del Cabo?
En el 2017 la tormenta Lidia se llevó a uno de estos edificios. En el 2024, Puerto Nuevo sigue ahí…el arroyo a cada temporada de huracanes. Los Cabos está en ruta ciclónica. También, aquella tormenta tropical se llevó uno de los edificios habitacionales de Chulavista encabo San Lucas.
Siguió impunidad.
Las familias, miles, con licencias de construcción o de invasión, siguen ahí. Al igual que los arroyos cuando venga el huracán.
Cada cual su emotividad.
El tiempo que se va.
Hay heridas que quedan.