Demetrio Panigua
Si el pájaro Carpintero totalmente sorprendido extiende su vista en medio de un horizonte perdido sin madera hacia adelante, en Los Cabos la ciudadanía en general comparte la misma preocupación con el ¿hacia dónde vamos?
El crecimiento urbano tiene consecuencias demoledoras en los cada vez más severos déficit en obras y servicios públicos.
El agua es una agenda que se pierde cada día: cada trienio más costoso la operación del organismo operador del líquido. Y sólo eso. Es ridículo que exista en el Oomsapas un Consejo al que acuden representantes de diferentes sectores sociales sólo para cubrir asientos. Y no posturas firmes y directas sobre el grave potable en el abasto del agua potable.
De la mano del déficit en el abasto de agua, el déficit en el tratamiento de aguas residuales. No ha dicho Óscar Leggs, ni el Congreso sudcaliforniano, a dónde se está dirigiendo toda esa agua contaminada de miles de núcleos de asentamientos llamados irregulares.
Los Cabos está por concluir con los mismos de siempre otras campañas políticas, para acabar con lo mismo de siempre: más rezago en servicios y obras públicas.
Y cuando se hace del evento público un discurso de compromiso, ese compromiso se convierte en un acto de fe pública. El gobernador Víctor Castro se pronunció –cuando la toma de protesta como presidente municipal de Óscar Leggs– por la recuperación del Estero de San José del Cabo: la palabra pública sigue ahí en medio de las condiciones lamentables que presente lo que fue el cuerpo de agua dulce, y por el cual el Fonatur habría establecido oficinas en la cabecera municipal josefina. Los nativos se deben de acordar de aquel muellecito, las lanchas y mas de un digno paseo familiar.
Lo de la movilidad urbana ya es también otro tremendo dolor de cabeza local: ¿y los candidatos? ¿Ibarra o Agúndez?
¡Vaya campañas!
¡Vaya tiempos cuando se ejerce el poder político!
El pájaro Carpitero mira hacia el horizonte sorprendido que no hay mas madera. Hay preocupación compartida: ¿en dónde está el desarrollo urbano?