David Rojo
La ruptura política quedó en el mensaje público.
Queda claro que el presidente municipal Christan Agúndez no se refirió a la presidenta Sheinbaum por la sacudida política a la Tercera Actualización del Plan de Desarrollo Urbano –PDU– de Los Cabos, aun cuando todo partió de palacio nacional y quien recibiera de manera directa la observación presidencial sería el gobernador Víctor Castro.
Sí, sin embargo Christian (PT) aludió de manera directa a la Senadora Lucía Trasviña (Morena) y al diputado federal Manuel Cota (PVEM); puesto en la lona el pretendido PDU, en cuestión de horas el tempo político del 2027 se amaneció de manera pública el reciente viernes 31 de enero.
Christian Agúndez aludió que pretendían sacar raja política para la presidencia municipal de Los Cabos, pero que el pueblo decide.
En realidad Trasviña y Cota deben de tener la mirada en la gubernatura para el 2027, hacia donde el mismo Christian apunta.
En esta ocasión le tocó al gobernador Castro darle seguimiento a lo que se dijera desde palacio nacional.
Y ni modo que la presidenta Sheinbaum pretendiera sacar “raja política” para eventos futuros electorales en la región sudcaliforniana.
De hecho se sabe que Leonel Cota no estaba con el pretendido de la Tercera Actualización del PDU.
El agundismo contra el cotismo, o vice versa; dos ex gobernadores, dos hijos. Y aún se tiene la obvia placeada política (con miras al 2027) que le diera en Los Cabos –en plena fiesta política de Christian– a Milena Quiroga –alcaldesa de La Paz– el gobernador Víctor Castro.
Lo político
En lo social queda una etiqueta clasista:
1.- Se dio el pronunciamiento edilicio en favor de potenciales inversionistas, pero no de miles de familias obreras.
2.- Se pronunciaron por el desuso de un tramo carretero a Cabo Pulmo, pero no por el desuso de desarrollos habitacionales levantados con todo y licencias municipales de construcción en medio de arroyos de Cabo San Lucas y de San José del Cabo.
Así, los políticos en el poder ya amanecieron con el 2027 apenas en el 2025 (con todo y el mutismo y simulación de las dirigencias de oposición del PAN y del PRI). ¿Y el pueblo? Es de preguntar. Por allá, arrumbado, en medio de un cruel escenario. No sólo cargando los costos sociales de la triste y lacerante realidad de Los Cabos, sino también, llevado a aplaudir.