David Rojo
Es el colmo.
Al completo abandono gubernamental y a la simulación de instituciones como el Fideicomiso de Saneamiento Ambiental, que se exhibe en contra del Estero de San José del Cabo ahora el lirio acuático del estero josefino -que es uno de tantos impactos negativos en la destrucción de lo que oficialmente se etiqueta como Reserva Estata Ecológica– ya ha alcanzado el mar.
Acaso, el gobernador Víctor Castro no dijo hace tres años, –cuando la toma de protesta del presidente municipal de Los Cabos, Óscar Leggs–, que se rescataría al Estero de San José del Cabo.
Lo dijo y sostuvo. Pero, no lo hizo,
El Estero de San José del Cabo a cada día que pasa enfrenta su destrucción con las aguas negras con las que es impactado ante el déficit cada vez más crítico que tiene la cabecera municipal josefina en el tratamiento de aguas residuales.
Por lo que haya sido, azolve u otras circunstancias, el lirio alcanzó al mar.
Vaya espectáculo lamentable.
Y ni siquiera se sabe de supuestos ocho millones de pesos que se habrían canalizado con recursos que capta el Fideicomiso de Saneamiento Ambiental para un equipo que se destinaría a la limpieza del lirio acuático del estero josefino.
El silencio se impone.
Todos se enredan.
Ni una denuncia.
Se chifla mirando hacia arriba.
Qué les pasa, aun cuando ya se sabe qué pasa con el Estero de San José del Cabo: su destrucción a ojos de todos y ante la inacción oficial.
Ahí está el abandono gubernamental y la simulación del Fideicomiso Ambiental.
Que terrible descomposición en lo que debería de ser contrapeso y certeza oficial, cuando, además, el Estero de San José del Cabo es hogar de especies endémicas, como la Mascarita Peninsular.
¿Ya le dijeron a la Fundación Slim que su dicho no valió nada, precisamente, cuando tiempo atrás se pronunció por la conservación de la Mascarita Peninsular?
Costos del abandono y la simulación.