Desde su primer día en el cargo, el presidente Biden ha hecho un llamado al Congreso estadounidense para que asegure la frontera sur estadounidense y aborde el quebrantado sistema de inmigración. En el transcurso de los últimos tres años, a pesar de que el Congreso no ha actuado, el presidente ha tomado acción para asegurar la frontera. Su gobierno ha desplegado el mayor número de agentes y funcionarios que jamás se haya visto para hacer frente a la situación en la frontera sur, ha incautado lo que considera niveles récord de fentanilo ilícito en puertos de entrada, y ha reunido a líderes mundiales en torno a un marco para hacer frente a los cambiantes patrones migratorios que están afectando a todo el hemisferio occidental.
A principios de este año, el presidente y su equipo alcanzaron un histórico acuerdo bipartidista con los demócratas y los republicanos del Senado para llevar a cabo reformas más trascendentales de las leyes de inmigración de Estados Unidos en décadas. Este acuerdo hubiera añadido personal fronterizo y de inmigración esencial, invertido en tecnologías para capturar el fentanilo ilegal, introducido reformas radicales en el sistema de asilo y proporcionado al presidente autoridad de emergencia para cerrar la frontera cuando el sistema se viera desbordado. “Pero los republicanos del Congreso optaron por anteponer la política partidista a nuestra seguridad nacional, y votaron dos veces en contra del conjunto de reformas más rigurosas y justas en décadas”, se indica en un comunicado de la Casa Blanca.
“El presidente Biden está convencido de que debemos asegurar nuestra frontera. Es por ello que hoy anunció medidas ejecutivas para impedir que los inmigrantes que crucen ilegalmente nuestra frontera sur reciban asilo. Estas medidas entrarán en vigor cuando la frontera sur se vea desbordada, como ocurre en la actualidad. Les facilitarán a los funcionarios de inmigración de remover a aquellos que no tienen una base legal y reducirán la carga de nuestros agentes de la patrulla fronteriza”.
“Pero debemos ser claros: esto no puede lograr los mismos resultados que una intervención por parte del Congreso lograría, y no proporciona ni el personal crítico ni los fondos necesarios para asegurar aún más nuestra frontera sur. El Congreso aún debe actuar”.