TECLA 7/6 15 DIC 2021–“El silencio hasta ahora se ha impuesto por parte de las autoridades municipales, estatal y federal en la materia del agua y de organismos privados y sindicales, tanto en La Paz, como en Los Cabos. Ni siquiera para desmentir el riesgo al que estarían expuestas comunidades sudcalifornianas por la presunta contaminación de arsénico y/o fluoruro”.
(PARTE II)
David Rojo
Para obtener indicadores de la calidad del agua en México, la Conagua creó la Red Nacional de Medición de Calidad del Agua (Renameca), de la que en 2012 tomó muestras en 3 mil 858 sitios, de los cuales 3 mil 039 eran aguas superficiales (ríos, lagos, presas, aguas costeras) y 819 sitios de agua subterránea (pozos).
La base de datos de esta Red recoge los resultados de la presencia de diversos contaminantes en 121 mil muestras tomadas entre 2012 y 2020. El análisis de Data Crítica y Quinto Elemento Lab se concentró sólo en las más de 11 mil muestras tomadas en pozos que extraen agua subterránea; alrededor del 90 por ciento del agua dulce no congelada en el mundo es subterránea (https://quintoelab.org/project/veneno-en-mi-agua).
En el reportaje Veneno en mi agua firmado por Patricia Curiel y Gibrán Mena/Data Crítica + Qunto Elemento Lab, el análisis reveló que, además del arsénico, otro mineral cuya presencia se expandió notablemente en altas concentraciones esta década fue el fluoruro, que, como el arsénico, también está en la naturaleza y tiene efectos nocivos en la salud.
El consumo excesivo de fluoruro puede causar deformidades en los huesos o volverlos frágiles y quebradizos; también puede provocar la calcificación de tendones y ligamentos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este organismo indica una guía de 1.5 mg/L, pero advierte que para definir límites nacionales, se deben considerar factores como el clima y el volumen de ingesta de agua, entre otros. En 2012, el fluoruro estaba por encima del límite considerado de riesgo de fluorosis dental por científicos mexicanos y agencias internacionales (.7 mg/L) en 25 estados; en 2018 lo estaba en 30. Ese año, 41.6 por ciento de los pozos muestreados rebasaron el límite de riesgo.
Estos elementos llegan al agua de consumo de la población debido a que en México sólo 257 potabilizadoras son capaces de remover arsénico o fluoruro, y sólo 173 están en operación, de acuerdo con una solicitud de información hecha para esta investigación a Conagua. Hay mil 256 potabilizadoras en el país, es decir que sólo 1 de cada 10 potabilizadoras remueven arsénico o fluoruro.
En el despacho de ayer de Tecla 7/6 se dio cuenta que en el reportaje “Veneno en mi agua” en la vecina población de Los Planes (La Paz) habría indicadores de la contaminación de pozos y de personas afectadasd. Incluso del riesgo de contaminación de dos pozos en Los Cabos y otros mas en La Paz, Comondú, Loreto y Mulegé.
Patricia Curiel y Gibrán Mena, en reportaje citan que en Los Planes, activistas como Juan Ángel Trasviña asocian la presencia de arsénico con las 800 mil toneladas de desechos tóxicos que dejó la extracción de oro entre 1784 y 1984 en la región. La población se movilizó para impedir la entrada a la empresa canadiense Argonaut Gold, que buscaba establecer la mina de oro La Pitalla.
Los pretendidos proyectos para la instalación de minas en la Sierra de La Laguna (que abastece de agua a La Paz y Los Cabos y es el último rincón de Los Pinos) ha movilizado a toda la región sur de la Península hasta lograr la suspensión de la pretendida extracción de oro.
En el reportaje de Data Crítica + Qunto Elemento Lab se indica: “Por cada gramo de oro que se extrae se liberan mil 360 gramos de arsénico. Es una locura”, dijo Juan Ángel Trasviña, especialista en contaminación ambiental y también cofundador de MAS, de acuerdo con información de una Manifestación de Impacto Ambiental de la empresa.
Pero la minería no es la única responsable. A 384 kilómetros al norte de Los Planes está la zona de Comondú. “Toda la Sierra la Giganta tiene arsénico por la geología volcánica marina orgánica. Hay unos depósitos de piedra muy verde, y estos tienen un nivel bastante elevado porque en las comunidades rurales de los estudios que hice aparecen siempre desde 30 microgramos (3 veces el límite de la OMS) hasta 150 microgramos (15 veces) por litro”, explicó Florence Cassasuce, empresaria de Baja California Sur y ex integrante de la organización de defensa del agua Niparajá.
“Las comunidades que tienen arsénico están del lado del que no hay minería, la veta [volcánica] llega hasta el Pacífico, donde hay grandes campos agrícolas que exportan fresas y diferentes hortalizas”, explicó Cassasuce.
Esto indica que además de la contaminación minera, hay otros mecanismos que explican la presencia de estos elementos. Uno de ellos es el bombeo del agua, fuera de control en México y que intensifica los procesos de liberación en el agua de estos minerales, presentes en el subsuelo, según científicos expertos en el tema en el mundo. En México, un grupo de académicos probó con estudios en Aguascalientes (2007), Morelos (2014), San Luis Potosí (2018) y Baja California Sur, que la extracción intensiva de agua modifica los flujos subterráneos del agua.
Alessia Kachadourian, experta en ingeniería ambiental de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) explicó así el impacto que tiene el desordenado uso de pozos en México: “Cuando tú metes un pozo, éste es el principal acelerador o modificador de la composición del agua,” dijo.
No obstante lo delicado del tema, el silencio hasta ahora se ha impuesto por parte de las autoridades municipales, estatal y federal en la materia del agua y de organismos privados y sindicales, tanto en La Paz como en Los Cabos. Ni siquiera para desmentir el presunto riesgo al que estarían expuestas comunidades sudcalifornianas por la contaminación de arsénico y/o fluoruro.
Tribuna de Los Cabos