David Rojo
La pregunta es obligada:
¿Con el trimestre septiembre-octubre-diciembre, comenzarán a reflejarse en más miles de millones de pesos los ingresos públicos federales, tras el desmantelamiento de la telaraña de corrupción e impunidad, que en el sexenio obradorista (2018-2024) se agudizó con el saqueo y contrabando de hidrocarburos parte fundamental de la riqueza nacional?
Se ha advertido en el discurso oficial que se irá hasta el tope, hasta el fondo, de los responsables de esta telaraña de corrupción e impunidad?
Pero, ¿y el dinero?
Son dos líneas:
1.- La estructura delictiva con ligas en instancias públicas y de empresas.
2.- El dinero, que ya no debería ir a esas manos saqueadoras, sino al erario público.
En el sexenio autoproclamado de la 4T se festejaron resultados contra el saqueo de oleoductos, pero en realidad el monstruo del saqueo a la riqueza nacional se hizo o se permitió que se hiciera más grande.
¿A quién acusa ahora el partido en el poder? El pasado rebasó al presente de Morena.
Silencio.
El 7 de junio de 2025, en un despacho informativo acreditado a Karina Suárez, en el medio de comunicación El País se publicó:
“La mañana del 19 de marzo un buque cisterna atracó en el puerto de Tampico (Tamaulipas) con más de 10 millones de litros de diésel de contrabando. La embarcación, con bandera de Singapur, fue asegurada por autoridades mexicanas luego de que se detectaron irregularidades en su documentación aduanal. El Gobierno confirmó, días más tarde, que el barco provenía de Texas e ingresó a los puertos mexicanos del Golfo de México con papeles falseados que supuestamente transportaban toneladas de aditivos para aceites lubricantes. En realidad, venía cargado de combustibles… La embarcación, aún en costas mexicanas y objeto de investigación, es un botón de muestra de la importación ilegal de gasolinas al país. Este delito alimenta un mercado negro de combustibles, que resulta en un quebranto para el Estado mexicano de unos 177.000 millones de pesos al año, unos 9.200 millones de dólares, de acuerdo con los cálculos de especialistas.
Se precisa en la nota de El País (https://elpais.com/mexico/2025-06-09/el-huachicol-fiscal-un-boquete-de-mas-de-9000-millones-de-dolares-al-ano-para-las-finanzas-mexicanas.html):
“El huachicol fiscal, un delito derivado del robo físico de combustibles a Pemex, supone un lastre para las finanzas públicas en México. Si en un inicio, el huachicol comenzó con el pinchazo de ductos para sustraer el combustible y revenderlo, ahora, el contrabando de gasolinas y diésel ha escalado a un complejo entramado de papeles falseados, corrupción en aduanas y estaciones irregulares a través del que se venden estos litros de gasolinas y diésel que cruzan las fronteras del país, evadiendo el pago del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS). Este año, este impuesto va de 5,4 pesos a 7 pesos por litro, dependiendo del tipo de petrolífero, un gravamen del que se apropian los contrabandistas al cruzar la frontera de manera ilegal”.
Sí, hasta donde tope. ¿Y el dinero?