David Rojo
Durante días, a lo lejos, observé el permanente ir y venir de mamá Carpintero del Desierto para alimentar a su polluelo. Y el polluelo saca y mete, curioso, su pequeña cabeza, apenas si el piquito salía del nido.
El jueves, ayer, tuve la grata experiencia de observar vida alimentando vida.
El polluelo ya activo alimentado todavía por la mamá un poco lejos del nido. De un cactus a un poste.
Fue instantáneo.
A la velocidad que se daba la obturación de la cámara con el zoom a 3 mil mm, la propia mamá Carpintero adentraba el pico en el del polluelo y se iba.
Estampas de vida alimentando vida al final de la tierra, en esta región sudcaliforniana en medio de dos mares.
Saludo mamá Carpintero.
Saludos polluelo Carpintero.