David Rojo
Así se interpretó:
El gobernador Víctor Castro no traía ningún mensaje contundente para Los Cabos que apreciaran, reconocieran y difundieran los diferentes sectores empresariales, sindicales, sociales y políticos (aun cuando ya el PAN con Celestino Atienzo aplaude).
El Gobernador Castro había dejado mas que evidente su plena ausencia por tres años de Los Cabos y más con las miles de familias asentadas en las zonas de riesgo sin drenaje ni agua potable. Y sin llevar justicia a las otras miles de familias que fueron traicionadas con la venta de viviendas en medio de los arroyos.
A su propia palabra y compromiso público por la recuperación del estero de San José del Cabo sus principales colaboradores del medio ambiente y quien fuera el presidente municipal de Los Cabos, Óscar Leggs, la dejaron en el olvido y en consecuencia exhibida la palabra del mandatario estatal de no haberse cumplido.
Entonces, se interpretó que a falta de mensaje social dejar en claro de una vez un propósito político.
Salvo, que el Gobernador Castro tenga su propia versión de los hechos y la compartiera para que se dejara de raspar posibles equívocos que apuntan al futurismo político del 2027, ante el micrófono y asistentes, propietarios de hoteles, organismos empresariales, el dirigente nacional de la CROC, legisladores ex alcaldes, del mismo Narciso Agundez, de aliados de Morena, al evento político agundista por la toma de protesta de Christian Agúndez, como presidente municipal, el mandatario estatal desplegó su postura política en dos direcciones:
1.- Aplaudir a una (la visitante).
2.- Ser omiso con el otro (el anfitrión).
Que el Gobernador Castro reconociera en Los Cabos públicamente a la presidente municipal de La paz, Milena Quiroga, pues en el juego del discurso se reconoce a otros y se maquilla el propósito del mensaje. Y listo.
Pero, que no fuera en sintonía con lo que denunciaba Christian Agúndez –lo que, finalmente, es parte de una realidad no desconocida por los que viven en Los Cabos y peor para los que más la sufren– es lo que descuadra la postura política del gobernador Castro.
Si Milena Quiroga es desde ya la pretensa del morenista Victor Castro para el 27 por qué exhibir tal pretendido político de tal manera, en plena fiesta política del agundismo.
No se considera que se esté ante un pintar de raya, pero el por qué está en medio de cada palabra expresada para conjuntar ideas y cerrar postura del gobernante sudcaliforniano.
La realidad del desastre del desarrollo urbano en Los Cabos y el saqueo y el ineficiente manejo del erario público municipal dejado por el XIV Ayuntamiento no merecieron la mínima atención del Gobernador Castro.
Y así, entonces, cómo.
En Los Cabos se está urgido de justicia para esas miles de familias traicionadas con la venta de viviendas con Unidades Habitacionales en medio de los arroyos y de la mancha urbana que se extiende sin control alguno por las zonas de riesgo.
Ni una palabra.
En Los Cabos hay tremenda necesidad de certeza y no de incertidumbre.
En Los Cabos no se le pone nombre a la corrupción e impunidad.
Pero, qué tal el 27.