David Rojo
Nada para el 2025 de la tan cacareada segunda planta desalinizadora en Cabo San Lucas.
Al menos en la conferencia presidencial de la Mañanera –miércoles 12– no se hizo ninguna referencia de esta tan referida obra en la última década por gobiernos municipales.
Son extremas las condiciones de desabasto de agua potable para la población en lugares como Cabo San Lucas. Pero, en contraste, en medio del desastroso desarrollo urbano, licencias de construcción para cientos, miles, de nuevos espacios habitacionales lo que apunta que de manera anárquica agudizará el grave desabasto del líquido.
Peor, con el permear de interpretaciones de corrupción, de ineficiencia o de indolencia, se mantiene en plena opacidad el fundamento o los fundamentos del organismo operador del agua potable de Los Cabos sobre los vistos buenos para autorizar desarrollos habitacionales en zonas cuyos tandeos del abasto del agua van de tres a cuatro semanas.
Al darse “vistos buenos” del organismo del agua potable de Los Cabos se entendería que se tendría como soporte una política eficiente para garantizar el abasto con estructuras y volumen del líquido. Sin embargo, no es así. El problema del desabasto sólo tiende a recrudecer.
En la Mañanera del miércoles 12 el director general de la Comisión Nacional del Agua, Efraín Morales López indicó que para el 2025 se consideran “17 proyectos estratégicos que fueron seleccionados a partir de las regiones del país en donde se tiene una mayor escasez de agua”.
Pero, no se cita a Cabo San Lucas en donde es brutal el desabasto.
Puntualizó el funcionario federal en la conferencia presidida por la presidenta Claudia Sheinbaum:
“ Este año vamos a tener una inversión inicial en esos proyectos, de 15 mil millones, y esto va a beneficiar a una población de 36 millones de personas”.
Y sí, se refirió a una desaladora, pero en Rosarito del vecino estado de Baja California.
Así lo dijo:
“…Se va a construir en Baja California, la Desaladora de Rosarito. Es un proyecto que va a dotar de agua a los habitantes de la ciudad de Tijuana y también de Rosarito”.
Efraín Morales reiteró no obstante que se mantiene atención federal por La Paz.
Puntualizó:
“En el caso de Baja California Sur, se va a construir la presa de El Novillo, además de un proyecto de sectorización en la ciudad de La Paz, la construcción de algunos tanques elevados y también un proyecto de macromedición y micromedición”.
También, anunció un plan que “ya se encuentra concluido, que ya se encuentra conciliado”, que es el caso de Baja California Sur.
“Es un plan –detalló– que contempla 65 acciones: 44 de agua potable, 12 de alcantarillado sanitario y 9 de saneamiento. Representa una inversión del orden de mil 250 millones: 725 millones provienen de recursos federales, 98 de recursos estatales y 427 de recursos municipales”.
No obstante ninguna precisión sobre el brutal desabasto de agua, ni ninguna estrategia con plazo, montos y ruta, para dar certidumbre en el abasto respectivo en Cabo San Lucas. Un presente perdido en desarrollo urbano, y mañana seguirá siendo presente.