II
David Rojo
En un despacho informativo en Ciencia UNAM, cómo título se plantea la fundada pregunta:
¿Por qué son importantes los cielos oscuros?
En el trabajo de investigación científica publicado en 2022 y acreditado a Consuelo Doddoli (Ciencia UNAM-DGDC), de entrada,en el segundo párrafo, se indica:
“…Según un estudio publicado en 2016 que utiliza datos de satélite y medidas de luminosidad en el cielo, una de cada tres personas vive en lugares donde es imposible observar la Vía Láctea”.
Se observa:
“Muchas personas nunca han contemplado un cielo cubierto de estrellas en la noche. Y es que, actualmente, existe un exceso de luz artificial, especialmente en las ciudades, que nos impide observar los cielos estrellados y sus astros. Este es un problema que nació durante el siglo pasado a la par de la revolución industrial, pero que en las últimas décadas se ha incrementado exponencialmente, asegura el doctor Fernando Ávila Castro, investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM.
“Agrega que este fenómeno fue detectado inicialmente por los astrónomos, ya que el cielo oscuro es imprescindible para realizar su trabajo y observar objetos celestes débiles o distantes.
“Pero en las últimas décadas, otros profesionales como los biólogos y médicos han encontrado que el exceso de luz durante la noche altera el ritmo circadiano, es decir, el reloj interno que tenemos todos los seres vivos (microbios, plantas, animales, incluido el ser humano) y que regula muchas de nuestras conductas, por ejemplo, dormir, comer, migraciones, floración, entre otras muchas”.
En Los Cabos existen zonas, como las playas de Cabo del Este, de excepcional cielo estrellado. Incluso, en las ciudades de San José del Cabo y Cabo San Lucas con sus respectivas bandas del lucerío todavía es posible el registro fotográfico de constelaciones o planetas, o a simple vista observar entre otras magníficas estampas estelares a la constelación Escorpión, la Mariposa de Orión, las Pléyades. Por igual a estrellas como Sirio, Spica, Arturo, Vega, Altair, Polaris, Pollux o Canopus, entre otras.
Se está a tiempo, por tal de que se tomen medidas en contra de la contaminación lumínica en tierras cabeñas.
No se trata de oscurecer al destino turístico o a las colonias o fraccionamientos.
Se trata de ir tomando decisiones de vanguardia en materia turística o del propio beneficio social.
En el artículo referido en Ciencia UNAM y acreditado a Consuelo Doddoli (https://ciencia.unam.mx/leer/1313/-por-que-son-importantes-los-cielos-oscuros-#🙂 se puntualiza con el subtítulo La ley del cielo:
Las primeras acciones en nuestro país para proteger el cielo de la contaminación lumínica se realizaron en Baja California en el año 1975.
Esto fue con el propósito conservar el cielo oscuro y así proteger las actividades del Observatorio Astronómico Nacional ubicado en la sierra de San Pedro Mártir en Baja California.
Este lugar es considerado uno de los mejores lugares del mundo para la observación astronómica y empezaba a estar en peligro ante la contaminación lumínica ocasionada por el crecimiento de la mancha urbana. Por lo que, las autoridades del observatorio gestionaron con el municipio de Ensenada el establecimiento de una Ley del Cielo que garantizara la protección del cielo oscuro en las inmediaciones al Observatorio.
Después de varios años, esta iniciativa se fue extendiendo por todo el estado de Baja California. Con ella, se promovió la instalación paulatina de lámparas de vapor de sodio y cubiertas superiores que dirijan el alumbrado hacia abajo y disminuyan el consumo de energía.
En la última década, distintos especialistas están trabajando para reducir a nivel nacional el exceso de iluminación artificial por las noches, especialmente la rica en color azul, y así mejorar la calidad de vida de los seres vivos.
Para discutir y buscar soluciones a este problema, en el año 2016, se realizó en la Ciudad de México un congreso relacionado con la protección de los cielos oscuros organizado por la Unesco y la Universidad Nacional Autónoma de México, entre otras importantes instituciones.
Una de las resoluciones de esta reunión fue la de promover una ley que limite el exceso de iluminación artificial por las noches, es decir, prevenir y disminuir la contaminación lumínica, explica el doctor Ávila Castro.
Esta ley fue promulgada en 2021, por lo que desde entonces se comenzó a trabajar con la Secretaria de Energía (SE) y la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) para definir parámetros como la cantidad de luz (por ejemplo, una zona comercial turística no requiere el mismo tipo de iluminación que una zona residencial), rango, niveles lugares y zonas protegidas (reservas ecológicas, observatorios astronómicos, etc.) entre otros rubros.
Para esto, se está trabajando con ambas secretarías una nueva norma oficial mexicana donde se establezcan zonificaciones de acuerdo con el nivel de protección que se necesita y se establezcan las características técnicas del tipo de iluminación exterior.
El especialista afirma que para la implementación de esta legislación se ha establecido un plazo de 10 años para ir cambiando de manera gradual el tipo de iluminación.
En este momento, se está trabajando sobre la propuesta de cómo zonificar y cuáles deben de ser los niveles de iluminación y el tipo de iluminación.
La idea es disminuir el nivel de luz azul y utilizar tonos más cálidos durante la noche amigables con la vida silvestre y la salud humana. Así, con un mejor tipo de alumbrado y utilizando sistemas de alumbrado exterior que iluminen solamente los lugares necesarios en los horarios necesarios, es posible ahorrar hasta un 50% de energía lo cual ayudará a conservar los recursos no renovables y proteger el equilibrio ecológico de nuestro planeta.
En palabras del doctor Ávila, una iluminación sustentable adecuada, además de proteger la investigación en astronomía, tiene una serie de beneficios que se relacionan con la protección del ambiente, las especies nativas de flora y fauna, la salud de las personas, la naturalidad del ciclo de sueño y un gran componente de eficiencia energética y de ahorro del consumo eléctrico.