David Rojo
Morena con el reiterativo “no somos iguales” (de quienes le antecedieron en el poder), pero que incurre en hechos de ineficiencia, omisión, indolencia, impunidad, de brutal costo social. Y en el extremo mismo de homenajear en acto cívico a figuras negras de la política nacional.
Morena se dice del cambio, sin embargo en Guerrero le rindió pleitesía a Rubén Figueroa Figueroa, cruel gobernador de la llamada guerra sucia con la desaparición, asesinato persecución de campesinos, indígenas, obreros, profesionales. Y en el reciente evento “cívico”, además, presente estuvo su hijo Rubén Figueroa Alcocer, quien cuando gobernador en los 90s se dio la masacre de Aguas Blancas (1995) a cuyas víctimas tras ser asesinadas se les pusieron armas para aparentar que eran los agresores.
Tras la indignación política y social, por tan aberrante suceso “cívico” se procedió con el despido de funcionarios que tendrían que ver con la realización de acto “cívico” en Guerrero.
Pero, se llaman del “cambio”. ¿Qué cambio? Lo de Rubén Figueroa se encuentra en los actos de la agenda cívica de Guerrero, es decir Rubén Figueroa en la estatura cívica de Vicente Guerrero. Así esas, cuando se habla de cambio y no se procede con cambio alguno. Tan ineficientes e indolentes con el decir, que desde el desde el primer minuto de un gobierno llamado del cambio entre las revisiones la propia agenda cívica.
Es el caso de Tabasco, en donde cuando gobernador Adán Augusto López, designó a un líder criminal al frente de la seguridad pública en aquel estado, por el supuesto de no saber, pero que tenía indicadores de buen desempeño de seguridad. Hoy Tabasco arde, vaya brutal costo social por eso que llaman cambio.
Y en Baja California Sur, el Congreso sudcaliforniano se pronunció en la agenda cívica por dedicarle un día a Protección Civil. Vaya con el día a la retórica de Protección Civil, cuando en contradicción miles de familias viven a diario en zonas de riesgo, por las que ni se dice ni se hace nada.
Entre días cívicos y realidades lacerantes.
Vaya extremo con lo del “no somos iguales”.




