David Rojo
Historia.
Memoria colectiva.
Hechos que no deberían de repetirse, pero a cada gobierno están a la vuelta de la esquina.
Pasan décadas y centurias y a la descomposición del poder, el aplauso.
El cinismo político que se impone en mas de una ocasión.
La desmemoria política y la desmemoria ciudadana que termina con costo social.
La historia con sus héroes, la realidad con sus desleales.
Fui a la historia a documentar hechos, pronunciamientos. Una ruta política desde este final de la tierra, Los Cabos, lo que dio mi quinto libro:
11 años de lucha por la independencia y dos siglos por la democracia.
No sólo libros. La investigación acumuló publicaciones impresas desde 1810 a nuestros días: tres siglos el XIX, XX y XXI con registros periodísticos.
Cada publicación impresa tendrá al pie el sitio que abrir, como el periódico que publicó en el siglo XIX la carta de Manuel Márquez de León contra Porfirio Díaz, o lo que publicó Regeneración del pronunciamiento revolucionario, desde de La Paz, de Félix Ortega en solidaridad con el constitucionalista Plan de Guadalupe y contra el usurpador Victoriano Huerta.
Así, en esta historia de once años de lucha por la independencia y de dos siglos por la democracia, se encuentran los sudcalifornianos Manuel Márquez de León y Félix Ortega Aguilar y los veracruzanos Rafael Tapia y Antonio Portas Domínguez.
Y por supuesto la mujer. La mujer aun cuando pieza fundamental en la lucha del pueblo mexicano contra dos imperios y tres revoluciones, no fue considerada ni siquiera para votar en las Constituciones de 1824, 1857 y 1917.
Tendría el derecho al voto en lo municipal hasta 1943 y en lo federal hasta 1953.
John Mraz, dice: “La participación de las mujeres en la Revolución Mexicana es un tema que ha sido tristemente ignorado”.
La firmeza de Márquez de León en 1879:
“El militar ha de ser ilustrado, pundoroso y amante sincero de su patria, para no convertirse nunca en odioso instrumento de opresión”. Márquez se anticiparía, incluso 31 años al estallido de la Revolución de 1910, al exigirle a Porfirio Díaz que se alejara del poder presidencial.
La convicción revolucionaria de Rafael Tapia en 1910: “el revolucionario no es un bandido”.
La advertencia de Félix Ortega con el revolucionario Plan de las Playitas en 1913: “la traición política deja a gobernantes que imponen a su arbitrio despóticos mandatos, usurpando las instituciones y derechos de toda una nación.
Portas, 1914:
“…todavía les parece poco todo el mal que han acarreado a la Patria, y en sus estremecimientos de desesperación e impotencia y próximos a dar estrecha cuenta de sus punibles procederes en estertores de fiera acorralada, aún llevan al sacrificio a pobres hombres arrebatados por la fuerza y retenidos a influjo de una disciplina de hierro, que priva al soldado hasta del derecho de discernir libremente”.
Es un recorrido político por la historia desde el final de la tierra.
Nos cruzamos con un gran camposanto: las cruces por la democracia.
Y sigue rebotando entre los cerros, las colonias, los barrios, el discurso esperanzador que, ante la realidad social que sacude, sólo es huella en el tiempo.
En este recorrido político por la historia se cuenta con el testimonial impreso de publicaciones de diferentes épocas desde 1810; en una de estas publicaciones, en el periódico capitalino La Verdad Desnuda, del 6 de marzo de 1833, se exhibe la huella del tiempo por la que, hoy en día, nuevos pasos estremecen el andar político con lo mismo, no obstante transcurridas casi dos centurias.
Se escribió hace casi 200 años, en 1833:
“…si se pregunta a cada uno de los habitantes de México, como se han verificado las (elecciones) del año 33, todos dirán que no sólo intervinieron insinuaciones, sino dinero y toda clase de estímulos…”.
Nuestra memoria colectiva debería de ser un bloque a realidades injustas que se enfrentan.
El paso del tiempo con su propia huella.
El libro será presentado en noviembre próximo por el Grupo Madrugadores de Cabo San Lucas.
Felicidades!