David Rojo
Los embates pluviales el martes 7 de octubre del huracán Priscilla (categoría 2,) a 300 kilómetros de Cabo San Lucas, tal cual el impacto de otros fenómenos meteorológicos, exhibieron ineficiencia o corrupción –o ambos males– en materia de desarrollo urbano de gobiernos municipales anteriores con riesgo para vidas y bienes.
Desde cuando se ha advertido de licencias municipales de construcción para importantes desarrollos inmobiliarios habitacionales y comerciales, sin que contrario a normatividad urbana se procediera con la pavimentación y drenaje público de la vialidad que les cruza.
Sin responsables.
A la altura de la esquina de la plaza comercial recién inaugurada en El Tezal (sin puente peatonal) durante la administración de Óscar Legss todo un acumular de tierra en las calles laterales y hacia arriba un tramo de pavimentación y otro de terracería después otros edificios de lujo, otro fraccionamiento hasta llegar a otra plaza comercial.
¿Cómo se liberan licencias de construcción sin la debida urbanización?
Una tubería blanca quedó al descubierto sin que se conozca su función, en esa área que no hay drenaje público.
En 1991, cuando la primera edición de Tribuna de Los Cabos, en portada se denunció que la Unidad Habitacional Infonavit-Ricardo Flores Magón se encontraba en medio del desborde pluvial, dos años después tal desarrollo habitacional, en San José del Cabo, quedaría enterrado tras las lluvias de noviembre de 1993.
De las lluvias del 3 y 4 de noviembre de 1993 a las lluvias de Priscilla de 2025, debería de ponerse a revisión licencias municipales de construcción dadas en condiciones adversas al desarrollo urbano. No es cualquier paso del tiempo, se trata de 32 años. Y que se sienten precedentes para un adecuado crecimiento urbano, para que, además, no siga siendo un cero a la izquierda el trabajo del Implan.
Con una sola vialidad, aparte es de considerar de otras afectaciones, Priscilla exhibió la herencia en desarrollo urbano con una calle pavimentada a medias (con todo plazas comerciales, edificios de lujo y fraccionamiento) y ese desborde de tierra hacia las calles laterales de la carretera a cuatro carriles para generar otros problemas a la circulación.
En esa misma vialidad de una residencia saliendo aguas negras, sí a las calles laterales.
Las calles laterales que, desde su inicio hasta el arroyo El Chaparro en un tramo de varios kilómetros, de manera permanente debería poner atención la Secretaría Estatal de Salud, a causa de las constantes descargas residuales, pero lo que no se hace.
La expansión de la mancha urbana no puede seguir con áreas sin drenaje urbano, y desde luego que se pongan a revisión los “vistos buenos” del Oomsapas a construcciones en zonas impactadas por el severo desbasto de agua.
Con todo un poder casi similar a Odile, aquel devastador huracán de 2014, Priscilla pasó a un lado de Los Cabos. De otras cosas se estaría hablando de haber tocado tierra en esta región sudcaliforniana.
Sin embargo, Los Cabos se encuentra en medio de la ruta ciclónica, incluso NOAA refiere ya condiciones de desarrollo ciclónico en el Pacífico (en color rojo al 60%) y Windy anticipa que el fenómeno meteorológico estaría el próximo sábado 11 de octubre de cara al sur de Baja California Sur aun cuando de menores condiciones de Priscilla.
Aparte, lo del Consejo Estatal de Protección Civil, caray no se puede convocar ya cuando un “bicho” se tiene sobre la cabeza.
Carajos –y ni modo con la expresión– con tanta información oportuna no es posible que se tomen decisiones de interés al cuarto para las doce, como puede ser entre otros casos con las clases. Que se anuncie su suspensión cuando menos dos días antes. Caray, el SMN no juega con las oportunas informaciones que brinda a la población general y por supuesto a la autoridad estatal del Consejo de Protección Civil.
Priscilla, lecturas de lustros.