David Rojo
Hay protestas que cruzan el Golfo.
No sólo el cuestionamiento público del sector empresarial de La Paz en materia de seguridad pública en Baja California Sur, que advirtió:
“Los incidentes delictivos no sólo contra individuos sino también contra familias han provocado un ambiente de inseguridad que afecta negativamente la confianza de la sociedad”.
A puertas del palacio nacional mujer sudcaliforniana eleva su voz y pancarta.
En despacho del domingo 3 de agosto, Proceso da cuenta de un reporte periodístico acreditado a Dalila Escobar. De entrada se refiere:
“Gemima Hernández, activista independiente, lleva mes y medio afuera de Palacio Nacional en protesta por la extorsión a la que son sometidos habitantes de Puerto San Carlos y Guerrero Negro, en Baja California Sur; en represalia le secuestraron a su hijo, quemaron su casa y atentaron contra su vida.
“La activista relató que mantiene escondidos a dos de sus hijos, que son menores de edad porque teme que por represalias también a ellos se los puedan llevar.
Se le cita:
“En 11 días privaron de la libertad a cuatro familiares míos con la intención de que yo me calle, de que yo ya no denuncie y el gobierno no me da respuesta”.
Hernández mantiene un bloqueo en una de las salidas de la calle Corregidora, en el centro de la Ciudad de México, por donde pasan las camionetas de quienes van a visitar a la presidenta en Palacio Nacional. La tarde de este jueves sufrió una crisis de salud por falta de insulina que se le debe suministrar, pero que por la manifestación no tenía oportunidad de hacerlo.
“He visto cuatro veces a la presidenta, ya tengo un mes y medio aquí, en estas condiciones. Tengo dos niños chiquitos que los tengo escondidos porque sí me da temor viajar con ellos”.
En video se le escucha decir:
“Ya recuperé a mi hijo”.
“Hay personas detenidas pero me siguen violentando”.
En la nota de Proceso se puntualiza una expresión de Gemima Hernández:
“No quiero que me pase lo que le pasó a la maestra jubilada”, refirió el caso de Irma Hernández en Veracruz.