David Rojo
Las mentiras, las omisiones, las complicidades tienen un costo social en Los Cabos. Pero, el pueblo no hace respetar.
El silencio ciudadano se impone, la sociedad mira hacia otro lado. El político se placea con esa realidad que llama bienestar, y que no es otra cosa más que el atropello y marginación urbana de miles de familias.
El pueblo no se hace respetar.
Esta es la lacerante realidad que sacude a Los Cabos:
No sólo el desastre en el desarrollo urbano y el cuestionable manejo del erario público, ¿en dónde estás pueblo?
Los políticos se dan abrazos fraternos y se los envían a través de la prensa entre ellos mismos, así se diga lo que sea entre ellos y lo que hubieran o no hecho en favor o en perjuicio del pueblo.
Total el pueblo no se hace respetar. Y ante el silencio ciudadano se impone el costo social.
Hay consecuencias sociales por políticas públicas municipales fallidas o en las que se impuso la corrupción, y en lugar de justicia social el abrazo fraterno.
El pueblo no se hace respetar; ante este hecho se puede decir o hacer cualquier cosa que sea absurdo para llamarle bienestar o compromiso social.
El pueblo al no hacerse respetar no va a decir nada.
Dos testimoniales del absurdo:
1.- El diputado local Omar Torres, presidente de la Comisión del Agua, de la legislatura sudcaliforniana, comprometió ser vigilante conjuntamente con sudcalifornianos en la protección efectiva de vital líquido, así como ser un gestor permanente para que los tres niveles de gobierno implementen acciones que transformen medidas preventivas y correctivas que minimicen el desperdicio y optimicen la utilización del recurso”.
El pronunciamiento del diputado local es referido en un reciente comunicado legislativo de prensa del 3 de octubre.
No dijo nada sobre la sobreexplotación de pozos en La Paz y Los Cabos, lo que podría impactar en la calidad del agua que se abastece a sectores de la población.
No dijo nada sobre los tandeos extremos en Cabo San Lucas y de cómo se violenta la Constitución en materia de agua potable en contra de la población.
2.- El diputado Erick Ivan Agundez Cervantes, afirmó que con un gobierno con principios de humanismo, los sudcalifornianos y las sudcalifornianas saldrán de cualquier circunstancia, porque México hoy cuenta con un Sistema de Protección Civil que es un ejemplo para toda Latinoamérica.
Al recordar el paso del ciclón Liza, el 30 de septiembre de 1976, cuando lamentablemente un sin número de sudcalifornianos perdieron la vida o familiares, afirmó que la historia hoy nos tiene de pie.
Así mismo, reconoció que hay hechos que han marcado nuestra historia, que nos entristecen, pero también son hechos que nos fortalecen y se desprenden de ellos. “La naturaleza indica que sigamos atentos a los dictados de la historia porque ésta, se sigue escribiendo y se escribirá a través de los actos de los servidores públicos que representan los tres niveles de gobierno”.
Incurre en omisión el diputado Agúndez Cervantes al referir la historia y de cómo a esta se le ha pisoteado:
En San José del Cabo, en el cauce del arroyos Zacatal, las lluvias de noviembre de 1993 enterraron a la Unidad Habitacional Infonavit-Ricardo Flores Magón; tres lustros después, en el trienio 2008-2011, se liberaron licencias de construcción en el mismo arroyo para la edificación de la Unidad Habitacional Puerto Nuevo. En el 2017 el desborde pluvial de la tormenta tropical Lidia haría colapsar un edificio.
Quién sabe a qué historia se refiere el diputado Agúndez Cervantes para que no se repita y por tal estar atentos a la naturaleza, dado que en la historia del trienio 2008-2011 prevalece la impunidad. Y el diputado local Agúndez Cervantes con su omisión hace prevalecer la corrupción y la impunidad a ojos de todos.
Habla de humanismo. Y no hay tal con esas unidades habitacionales y la expansión de la mancha urbana en Los Cabos en medio de los arroyos.
Si el pueblo se hiciera respetar no habría tales absurdos.