David Rojo
De Playa de Los Amantes a Playa de Chepita.
De Google Maps al médico Payén.
De referentes actuales a la memoria nativa.
Es un lugar único. La estampa paisajística, bellísima.
Es un lugar de pleno disfrute.
La memoria nativa que es compartida, por igual de pleno disfrute.
Son muchas las ocasiones que el médico Hugo Payén ha pincelado de manera extraordinaria paisajes, convivencias y personajes. La grata memoria no de lo ido, sino de lo que siempre será presente, los lustros traídos por la palabra del propio médico Payén –¿y la pancita de Marlin?–.
Ya nos quitaron los fósiles de dientes de sable, de camello, de cocodrilo, de caballo, de pitón, de gonfoterio, de Borohagus, de ardillas del Plioceno. Sí, los extrajeron de Santa Anita, en donde podría levantarse un gran parque temático o en lo que fue el zoológico de Santiago.
Ya también se le quita la madera a los pájaros Carpinteros de Desierto y a los Mexicanos con el concreto que se extiende de manera anárquica y complicidades todas por el hábitat local.
Pero, hay memoria y testimonios. Memoria que se comparte, que ilustra, que enseña en este caso del médico Payén y otros destacados sudcalifornianos que con sus escritos con sus libros impiden que el ayer se diluya, se pierda.
Y huy con aquella Chepita, que describe el médico Payén en cuanto a la propia Playa que se refiere en Google Maps con otro nombre:
“La playa de Chepita”, porque esa sra. era la chaperona de señoritas que eran llevadas ahí a bañarse SOLAS en panga de remo, y recogidas a una determinada hora. NADIE tenía permitido ir allá! así la conocimos en los 50s…”.
La memoria para no perderse en el presente.