David Rojo
No sólo por el partido del poder en turno –y aliados–, sino por lo que resta de eso que llaman oposición –ausente de los grandes problemas nacionales y en el caso local de los de Baja California Sur– hay saqueo a la democracia.
Las listas de las candidaturas plurinominales, finalmente, más que una auténtica representación proporcional de las minorías, terminó en la perversidad política de la imposición dictada desde la cúpula de cada instancia partidista.
En Baja California Sur y a nivel nacional la apertura política para las minorías acabó en el saqueo por parte de grupos de poder o de la cúpula de los propios espacios plurinominales.
A la embestida de la cúpula de cada instancia partidista para perpetrar el saqueo de las plurinominales, se está a puertas ahora de la pretendida reforma electoral presidencial que iría, precisamente, en contra de las llamadas plurinominales, por el recorte de los recursos públicos a partidos políticos y por el cerco al INE.
En la Cámara de Diputados se cuenta con 500 espacios legislativos: 300 diputados federales y 200 por representación proporcional.
Así, en Baja California Sur se cuenta con 21 legisladores: 16 diputados locales de mayoría relativa y cinco más por representación popular.
La militancia partidista no tiene cabida en la representación proporcional –plurinominales–, sólo la cúpula partidista.
Las dirigencias nacionales y achichincles se despachan con la cuchara grande con las listas de la representación proporcional. Hay despojo político a la apertura democrática.
Si se tiene que evitar el posible cerco al INE con la reforma electoral que vendría, las cúpulas partidistas deberían de empezar por dejar de estar de gandallas con la apertura democrática.
Se trata de eso, apertura. No saqueo a las minorías por las propias cúpulas partidistas.