David Rojo
Veía nada mas una estrella.
Y no había chance para más.
Debajo de la débil imagen del punto blanco una torre de la CFE, cables y mucha iluminación.
La torre se veía bien. Durante la etapa invernal sobre la torre se llegan a ver perchando Halcón Peregrino, Aguililla Cola Roja, Halcón Cernícalo Americano, Cuervos. Pero, con la etapa veraniega se ve sola la torre. Sí, tiene su luz, diciendo aquí estoy aquí en Cabo San Lucas.
Traté de ir más allá de esa torre y los cables. Y nada.
Le aventé el zoom de la cámara. Y la cosa comenzó a mejorar.
El mapa astronómico de Sky Tonight me indicaba que en la dirección hacia la que veía se encontraban las constelaciones Triángulo y Aries (El Carnero). Pero, nada. Chafeaba.
El enfoque tiene su chiste. Además, no uso en manual la cámara. A pulso sin trípode. Y, sí, con manual mas chido.
Pero, jugué con el zoom y con la apertura. Y, ¡zaz! Ahí estaban las dos constelaciones.
La imagen de la cámara pasó en automático al celular por Bluetooth. Ya en el equipo A 72 abrí la foto, le piqué en Mejorar y el universo se abrió un mas.
Lograda la ubicación de Aries (El Carnero) y de Triángulo, a darle con sus respectivas colindancias astronómicas, para, en efecto, contar el debido testimonial que se trataba de ambas constelaciones.
Y sí, la torre quería salir en la foto. No tiene a sus amigas las aves del invierno, pero ahí estaban las estrellas. Tan la relación de la torre de la CFE con el cielo nocturno, que desde mi ubicación habitual por ahí veo salir a Perseo. Y entre esos cables habían salido Júpiter y Marte. Las Pléyades
Y salió. Sí, en la foto, la torre.
Ahí queda en la foto con sus cables, iluminación y las constelaciones Triángulo y Aries (Carnero).
Sigue así, torre, de pie para cuando venga el huracán.