David Rojo
Cuando en el cielo nocturno se escudriña hacia el Norte de manera visible se observan la estrella polar Polaris y la constelación Casiopea. Son inconfundibles.
Hay más.
Hay por igual lo poco difuso.
Más, lo poco difuso de la estrella buscada, cuando está de por medio la banda del lucerío de Cabo San Lucas. Sin embargo el principal impacto de la iluminación de la ciudad portuaria sanluqueña se carga principalmente hacia el Oeste, luego sigue el Pacífico.
Ya desde varias jornadas anteriores se había tenido de objetivo a la constelación Jirafa 🦒 con sus siete estrellas. Pero, no había sido posible.
Resulta, no obstante que suele haber jornadas gratas con el cielo nocturno. Esta gran ventana al universo que es Los Cabos es un lugar privilegiado en México para la observación astronómica a simple vista o con el obturar de la cámara fotográfica.
Así, la constelación Jirafa, finalmente, no sólo se dejó fotografiar, sino que traía su ambiente nocturno con otras constelaciones a punto de salir en la foto con otras tres: Cefeo, Osa Menor y Casiopea.
La espera por la constelación Jirafa había tenido su premio fotográfico para Los Cabos Extraordinario en ese obturar con exposición prolongada de José Antonio Gálvez… con la cámara de un teléfono celular.
En Wikipedia se indica que “Camelopardalis, la jirafa, es una gran constelación del hemisferio norte celeste muy poco conspicua…está situada entre las constelaciones de Auriga (Cochero) y las dos Osas. El nombre de Camelopardalis proviene de “camello-leopardo”, nombre que los griegos dieron a la jirafa, ya que pensaban que tenía la cabeza de camello y las manchas de leopardo. Fue introducida como constelación por Petrus Plancius y publicada por Jakob Bartsch en 1624 en su libro sobre las constelaciones”.
El mejor mes –se precisa en Wikipedia– para ver a Camelopardalis (suponiendo que la vemos a la medianoche) es noviembre.
Referencia.
Wikipedia, Camelopardalis:
https://es.wikipedia.org/wiki/Camelopardalis