David Rojo
Desde siempre ha sido un ave vecina con sus cantos y aleteos, inconfundible con su cabeza azul; y cuando la temporada invernal se suman aleteos todos con el Colibrí, el Cardenal del Desierto, del verdoso Tirano Gritón y tantas más como las introducidas las Esturninos indentificables por su color negro.
Son gratos aleteos al final de la tierra peninsular; el semidesierto lleno de vida.
En esta ocasión se trata de la especie Chara Californiana. ¡Vaya ave!
Nada más en Wikipedia se destaca:
– “Su dieta es omnívora, se alimenta principalmente de insectos, pequeñas lagartijas, grano, frutas, bayas y frutos secos dependiendo de la época del año. Al igual que otros córvidos, esta ave es capaz de vocalizar hasta 20 tipos de llamadas distintas, variando desde las dulces notas del cortejo hasta chasquidos de amenaza.
– “Según algunos expertos existe la posibilidad de que esta ave tenga la capacidad de viajar al pasado mentalmente, algo que hasta hace muy poco se creía una habilidad única del ser humano”.
Y esa clase de especie la tenemos en Los Cabos.
Si la Chara Californiana viaja “al pasado mentalmente” que decepción le han de resultar políticos y políticas públicas fallidas con su huella de brutal costo social con la impune destrucción del hábitat en esta región sudcaliforniana por lo que se tenía y lo que se tiene hoy en día (hasta en palacio nacional se advirtió de la “triste y lacerante realidad” de Los Cabos, pero sólo como expresión y no como acción sancionadora dado que los monumentos a la corrupción e impunidad levantados en Cabo San Lucas y en San José del Cabo a ojos mismos del gobierno federal siguen de pie y sin responsables ahora en este 2025).
El ave Chara Californiana es aún un grato aleteo al final de la tierra peninsular.
Lo semidesértico y la temporada ciclónica que no ahuyenta vidas.
Me saludas Chara Californiana.
Te saludo Chara Californiana.