David Rojo
El 3 de mayo de 1991 la explosión en Córdoba de la planta de plaguicidas Anaversa habría sido la causa de un mil 500 muertes no reconocidas de manera oficial; “la explosión…bajo los gobiernos municipal, estatal y federal del Partido Revolucionario Institucional, quienes se valieron de todos los medios para impedir que el evento se conociera, minimizandolo como un simple incendio sin mayor importancia”, denunció en el Senado de la República, la senadora Laura Itzel Castillo Juárez.
Sin embargo, 34 años después “de uno de los peores desastres químicos de América Latina” –tal cual refirió la senadora Castillo–, en los tiempos de poder y mando político de Morena se proyectan seis potenciales plantas de gas fósil licuado en el Golfo de California. Y al menos en Baja California Sur se ha impuesto el silencio oficial de los proyectos que tienen en alerta a la población los que en fechas recientes fueron cuestionados por relatores de la ONU dado que podrían representar riesgos para la vida, la pesca y el turismo.
De entrada en Topolobampo se pretende una potencial planta –que nada tendría que ver con el tamaño de Anaversa– para producir 2 mil toneladas de amoniaco al día y que succionaría 2 mil metros cúbicos de agua de mar por hora.
La senadora Castillo llevó el caso de Anaversa al Senado para que se declarara el 3 de Mayo “Día Nacional de la Prevención de Desastres Químicos”, por lo que tras cuestionar a los entonces gobernantes en 1991 del PRI en lo federal (Presidencia), la gubernatura veracruzana y la presidencia municipal cordobesa, arremetió que “en este contexto de invisibilidad, ni hubo reconocimiento oficial alguno de afectados o víctimas; el tiempo ha pasado en demasía y se ha apostado al olvido del acontecimiento, no obstante el suceso aún sigue vigente por sus consecuencias en la salud de las personas que lo sufrieron y en el medio ambiente”.
La planta de plaguicidas Anaversa se encontraba por los rumbos de la estación ferroviaria, a escasas 17 cuadras del palacio municipal de Córdoba, Veracruz:
“Según el inventario obtenido por la Asociación de Enfermos y Afectados de Anversa, al momento del accidente se mezclaron, quemaron y esparcieron al menos 18 mil litros de paratión metálico, 8 mil litros de paraguas, mil 500 litros de pentaclorofenol y 3 mil litros de 2,4D, plaguicidas de alta toxicidad para entonces prohibidos en Europa y Estados Unidos”, detalla la senadora Castillo.
Además, se cita que “la Asociación de Afectados por Anaversa estima que más de mil 500 personas han fallecido a consecuencia del accidente; sin embargo, oficialmente no se reconoció ningún afectado…”. La recomendación 99/991 de la CNDH sobre la explosión de la planta de Anaversa y para que los entonces gobiernos priistas actuaron en consecuencia nunca fue tomada en cuenta.
Pasando a Morena, cuál es entonces la postura del morenista gobernador Víctor Castro sobre la vecindad de Baja California Sur con potenciales plantas de gas fósil licuado y de amoniaco en el Golfo de California. Baja California Sur debe de saber y debe de pronunciarse; el cuestionamiento por igual da al Congreso sudcaliforniano con el antecedente mismo de Anaversa.
El 3 de mayo de 2025, El Mundo de Córdoba tituló el despacho informativo: Anaversa, 34 años de impunidad y dolor en Córdoba.
Que el Golfo de California no sea expuesto por por plantas industriales potenciales de riesgo de cara al Acuario del Mundo.
La ex legisladora, activista social y representante de la Asociación de Afectados por Anaversa, Rosalinda Huerta Rivadeneyra, al participar en el 2024 en foro sobre derechos humanos en la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información (USBI) de la UV en Sumidero Ixtaczoquitlán, advirtió:
“Este desastre no ha terminado porque día a día vemos el incremento de pacientes con cáncer, sobre todo de leucemia. Pero, alrededor de la fábrica han muerto miles de personas, ha sido un holocausto silencioso”, publicó El Mundo de Córdoba.
Anaversa, un antecedente cuando gobiernos priistas para no ignorar en el Golfo de California en los tiempos actuales del poder con Morena.



