David Rojo
Amanecer ensombrecido. Desde el poder se da el pésame, en lugar de la seguridad.
Amanecer ensombrecido. A la certeza del cambio, la justificación de tres sexenios atrás.
Amanecer ensombrecido. A la esperanza por los tiempos nuevos, el pasado.
Amanecer sombrío. Al sembrando vida, cruces del camposanto criminal.
Amaneceres sombríos. A tres días de los disparos contra Carlos Manzo, Michoacán bajo extorsión, muerte.
Amaneceres sombríos. Seis años del sexenio 2018-2024 de abrazos, no balazos, con saldo brutal de víctimas y saqueo. Y el amanecer sin justicia, apuntando hacia el sexenio 2006-2012.
Amanecer perdido. De la alegría por la esperanza, al dolor de la frustración; de la alegría por la esperanza de un nuevo amanecer, a la angustia que se siga en el pasado. Y peor.
Amanecer perdido. El pésame desde el poder y la advertencia que no habrá impunidad; la impunidad que sigue al multiplicarse los pésames.
Amanecer perdido. Los cientos de miles de millones de pesos saqueados con el huachicol fiscal, las refinerías piratas, la perforación de ductos, el despojo de energía eléctrica por criptomonedas, la obra de Dos Bocas de 8 mil millones de dólares que acabó en 20 mil millones de dólares, el fracaso Tren Maya que suma devastación y encarecimiento de miles de millones de pesos, criminales elevados a rango de primer nivel público en Tabasco; dicen que la historia juzgará, la historia que se repite: nunca juzga la sociedad.
Amanecer sombrío. El dinero que “se fregaron” son responsables del muro de contención del Río Cazones lo que terminó en tragedia.
La esposa con su tristeza y dignidad por el alcalde asesinado, hogar enlutecido; que triste y tan lamentable realidad nacional.
La impunidad que sacude.
La impunidad que indigna.
Amaneceres sombríos.
			



