David Rojo
Cuando desde la gubernatura (morenista) de Tabasco se le extendió en enero de 2024 “el mejor de los éxitos” a Hernán Bermúdez, la herida social se hizo más grande.
Ya para entonces era comentario público nacional que desde el 2018, el entonces gobernador tabasqueño Adán Agusto López había puesto al frente de la cartera estatal de Seguridad, a un presunto líder criminal, con lo que se disparó la violencia contra hogares, empresas y saqueo de la riqueza nacional con los hidrocarburos.
Y sin embargo ya casi para concluir el respectivo sexenio, desde la gubernatura en manos de Carlos Merino Campos (había sustituido de manera interina en el 2021 a Adán Augusto López, quien pasaba a la secretaría de Gobernación), ante la renuncia de Hernán Bermúdez se le extendió “el mejor de los éxitos”.
La gubernatura morenista abrazaba a uno de los principales violentadores de Tabasco. Así, qué más podría tragar el pueblo.
Morena en silencio. Sin importar el atropello social y sin importar el No Mentir obradorista. Importaba un personaje al amparo del poder, no el pueblo.
Lamentable testimonio político de descomposición del poder.
Tiempo después la voz morenista: no estás sólo Adán Augusto.
Una voz morenista, no obstante ya sin tanta firmeza en estas fechas, luego de que, finalmente, en Paraguay fuera detenido y luego expulsado de ese país a México, Hernán Bermúdez.
Reportes militares habían reportado en su oportunidad del andar criminal de Bermúdez, de lo que por igual diferentes medios dieron cuenta.
Qué dice ahora Morena de ese saludo de gubernatura morenista, en enero de 2024, a Hernán Bermúdez, deseándole “el mejor de los éxitos”.
Antes, silencio.
Descomposición del poder.
Es de preguntarse qué diría o con qué verso universal daría cuenta el poeta Salvador Díaz Mirón al referirse a esta clase de aves que hoy en día cruzan el pantano.