David Rojo
Un Gobernador lo puso, otro le deseó el mejor de los éxitos.
El designado y el felicitado, un líder criminal expuesto por reportes militares.
Costo social de saqueo de la riqueza nacional, de empresas y de hogares.
Costo social con la violencia ejercida con plena impunidad.
Pero, al costo social que paga la ciudadanía, que pagan las familias, no hay costo político –hasta ahora– de responsables directos. Políticos –que, se interpreta– tendrían que ser parte de objetivos ministeriales y de justicia en cuanto al fondo “y a donde tope”.
En el caso del Gobernador que puso a Hernán Bermúdez (presunto líder criminal de La Barredora recién detenido y expulsado de Paraguay– como secretario de Seguridad de Tabasco, fue llevado a ocupar el cargo de Secretario de Gobernación, fue puesto en la palestra de precandidato presidencial morenista y despacha como líder en el Senado.
Y el gobernador que le extendió el saludo a Hernán Bermúdez para que siguiera con el mejor de los éxitos (dado que fue renuncia no despido), hoy despacha al frente de la operación aeroportuaria del país.
Los políticos bien. Sin embargo, la sociedad cargando con las costosas decisiones de políticos. Impunidad política.
De aquel saludo del que te vaya mejor en video que circula:
“Agradecemos, en nombre del gobierno de Tabasco, al licenciado Hernán Bermúdez Requena su gestión en estos años al frente de la Secretaría (de Seguridad y Protección Ciudadana) y le deseamos el mejor de los éxitos”, dijo el secretario de Gobierno estatal, José Antonio de la Vega Asmitia, el 5 de enero de 2023 (https://www.proceso.com.mx/nacional/estados/2025/9/19/hernan-bermudez-requena-no-fue-despedido-el-gobierno-de-tabasco-le-deseo-exito-video-359156.html).
Cuando el decir se convierte en testimonial de bodrio político.