David Rojo
Más de uno tuvo su voz.
El fundamento hacía cruzar miradas.
Cada uno con su firmeza.
Cada cual con su decir.
Las miradas por igual se concentraban, aquel 2019 en esa Sala de Juntas de San José del Cabo, en los gestos y reacciones de la invitada especial de Ramón Ojeda Mestre (+), padre del hoy No Circula en la Ciudad de México.
Inversionistas, ejecutivos, dirigentes empresariales, ahí en esa reunión con Blanca Jiménez Cisneros.
No era para menos, se trataba de la directora general de la Comisión Nacional del Agua.
Tenía menos de dos años del colapso de dos edificios habitacionales levantados con el visto bueno de la Conagua y por las licencias municipales de construcción entregadas cuando el trienio municipal 2008-2011 para su edificación en medio de arroyos de Cabo San Lucas y de San José del Cabo.
Fui una de esas voces.
Los fraccionamientos de Chulavista y Puerto Nuevo retumbaron en ese encuentro con la titular de Conagua.
Palabra con palabra.
Hecho con hecho.
A cada palabra este tundeteclas seguía los gestos de la entonces funcionaria federal. Inevitable un gesto de desaprobación.
Pasó el tiempo
Los monumentos a la corrupción siguen de pie; en el 2021, Jiménez Cisneros sería designada por López Obrador embajadora de México en Francia.
Ya no se volvería a dar una reunión tal.
Han pasado seis años de aquella reunión. En el 2025 hay más miles de familias asentadas en zonas de riesgo de aquella realidad expuesta en 2019.
En aquella ocasión –entre otras participaciones– Julio Castilo, presidente del CCC, expondría que se pusiera sobre la mesa la delimitación de las superficies bajo la responsabilidad o a cargo de la Conagua.
Han pasado seis años y lo único que se tiene es el crecimiento anárquico demográfico con asentamientos humanos en más y más zonas de riesgo.
Seis años después de ese encuentro este periodista sigue viendo de pie a los Monumentos a la Corrupción en medio de los arroyos que albergan vidas y bienes en peligro a cada temporada ciclónica.
Este periodista desconoce si en algún despacho posterior, a la reunión referida, al presidente del CCC se le hubiera compartido alguna precisión sobre la delimitación de las áreas o superficies a cargo o bajo la responsabilidad de la Conagua –CNA–.
El punto es que sigue pasando el tiempo y cada año que pasa hay más familias asentadas en zonas de riesgo.
Atrás de la puerta del desarrollo de Los Cabos hay una realidad lacerante.
Cuando se pasa la puerta de atrás del desarrollo de Los Cabos, la simulación, el engaño, la indolencia, se convierten en patética realidad.
Que no la llegue abrir el huracán.