David Rojo
A cada atardecer veía sus desplazamientos veloces. No daban tiempo para una buena toma fotográfica. Y me quedaba con la idea de que se trataba de murciélagos.
¡Vaya sorpresa!
Cuando, finalmente, logré a la distancia un aceptable registro fotográfico –daba cosa llegar con las decenas de imágenes desenfocadas– consulté al experto. Apenas una imagen de silueta.
La respuesta inmediata:
Chotacabras Menor (Chordeiles acutipennis).
“Sí, son muy rápidos y crepusculares, por lo que es uy difícil fotografiarlos.
“Se creía en el pasado que se metían a establos a chuparle la sangre a las chivas.
“Al atardecer salen a buscar insectos voladores para alimentarse.
“Duermen en ramas o en el suelo; y anidan en el suelo.
Chotacabras menor, aquí al final de la tierra peninsular, en esta región sudcaliforniana en medio de dos mares.
Y sí mirando hacia el Oeste, siempre los veía venir de la serranía del Norte o por donde se encuentra el Cerro de las Antenas en Cabo San Lucas.
Veloces.
Siempre es grato preguntar más cuando las respuestas son gentiles, inmediatas y fundadas.